Pequeñas esculturas



No suelo hacer demasiadas esculturas porque, al menos hasta ahora, he encontrado un camino expresivo más adecuado para mí en la pintura. Pero últimamente estoy desarrollando una curiosidad grande por los procesos escultóricos y aunque lo hago de forma muy rudimentaria, los volúmenes me dan otra perspectiva que compensa en muchos casos con la que la pintura limita.

Aquí dejo la segunda aportación al mundo escultórico. Los materiales son muy "artesanos" y no demasiado nobles, pero los resultados me están produciendo gran satisfacción.


Quiero crear una "venus primitiva" (Las venus paleolíticas son estatuillas con el cuerpo redondo, y los dos centenares si se incluyen representaciones parietales. Estas esculturas tienen tamaños modestos, hasta diminutos, oscilando entre los 4 y los 25 centímetros). En estas representaciones los atributos sexuales están muy desarrollados o digamos que enfatizados. Pueden ser homenajes a la fertilidad, a los primeros númenes o dioses ctónicos (que eran femeninos) o a la mujer.
 


Para la estructura he usado piezas de madera envueltas con papel y precinto. los volúmenes más redondeados los hago con bolas de papel.


La endurezco con papel rasgado en pedacitos y cola.


Le he hecho una peana para que pueda sujetarse porque sus pies no presentan una plataforma de apoyo suficiente. La he hecho exenta de la peana (que sólo sirve de sujeción y no como parte de la escultura) para que sea un poco más fidedigna a las auténticas.
Esto sólo es la base. Ahora he de buscar el acabado más propicio que la represente mejor ya que las auténticas son de barro, hueso, asta o maderas como el ébano. A esta le daré un acabado que imite la tierra.



He seguido experimentando y la he cubierto con "perliescayola", material que se utiliza para revestir las paredes. De momento le he dado dos capas; la primera se ha resquebrajado en el secado dado que la superficie sobre la que se ha dado es plástica y no absorbe la humedad. La segunda aún no ha secado y la he sujetado con unas cuerdas que servirán también de elemento de la escultura.


 Estas otras esculturitas se han realizado con la mísma técnica (más o menos) pero con la escayola teñida de violeta. en la realización le he incrustado piezas o abalorios que imitan huesos. El resultado es muy plástico pero continuaré con las esculturas con la escayola en otro color o con su propio color hasta darles forma humana o de animal.





Los troncos y palos con cuerdas generan estructuras interesantes, arcaicas y rústicas. Me gusta mezclarlo todo y acabar con la escayola. 

Y aquí dejo una de las últimas aportaciones a caballo entre la escultura y la pintura (o mezclándose todo). Quiero representar con este cuadro el poder de la oscuridad, la noche, que desde antiguo ha captado la atención del ser humano y la ha mitificado. La falta de luz indica un periodo de descanso pero también lo desconocido. En la noche viven muchos seres, mitológicos o no, desconocidos y temidos por los seres diurnos. Aquí dejo el símbolo de GAUEKO (el de la noche) y ETXEJAUN (señor de la casa). El primero temido, el segundo protector. El bien y el mal van de la mano en toda cultura.